La historia de este museo se remonta hasta el año 1772 cuando los dos hermanos Gaspar y Baltaser de Liergues concibieron la idea y adquirieron las colecciones Monconys- Petalozzi, aunque sus puertas no fueron abiertas al público hasta 1777.
El Museo ha pasado durante todo este tiempo por distintas etapas muy diferenciadas, cambiando tanto de temática como de propiedad y ubicación. En la actualidad el museo es un lugar de conocimiento e intercambio cultural que pretenda dar respuesta a inquietudes ciudadanas. Concebido como un Museo de Ciencias, su pretensión es la de satisfacer las necesidades de información social para dar divulgación al conocimiento general a un público con deseos constantes de aprendizaje y evolución.
Como su propio nombre indica “El Museo de las Confluencias” se ubica en el encuentro o cofluencia de los ríos Rhone y Saone, en una zona de uso industrial de reciente reestructuración en la ciudad dne Lyon.
Como su propio nombre indica “El Museo de las Confluencias” se ubica en el encuentro o cofluencia de los ríos Rhone y Saone, en una zona de uso industrial de reciente reestructuración en la ciudad dne Lyon.
En este momento, se encuentra en fase de ejecución el nuevo edificio que será sede de este peculiar museo. El proyecto, un ambicioso trabajo del estudio de arquitectura Coop Himmelb(l)au & partners trata de definir, en comunión con su ubicación, la convergencia entre dos corrientes, configurando su arquitectura con dos elementos perfectamente diferenciados, otorgándole al conjunto una singularidad arquitectótica capaz de destacar no solo a nivel local o regional sino también a nivel nacional.
En el acceso nos encontramos con una monumental estructura metálica cubierta con un singular muro cortina de vidrio que se funde con el resto de la envolvente sólida. La zona acristalada se presenta como antesala, recibiendo a los visitantes y predisponiendo sus sensaciones para la experiencia del museo. La envolvente sólida o nube, como se hace llamar, guarda gran similitud con una gigante nave espacial digna de las mejores peliculas de George Lucas que oculta las salas de exhibición en su enorme y oscura barriga. El espacio bajo el edificio resulta de la penetración al interior del paisajismo exterior, creando un horizonte de planos, aristas y texturas que crean una suave transición espacial, haciendo desaparecer en concepto de frontera entre dentro y fuera.
Por: Mario Ortega Pascual
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